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jijorquera

Evolution of Morality (III) Do not miss the video! / Evolución de la moralidad III ¡Vean el video!

Updated: Jan 19, 2023




(Note for spanish speaking readers: ver versión española del texto más abajo).



The evolutionary and developmental origin of inequity aversion—the preference for fairness and resistance to incidental inequalities—can be traced back tens of millions of years. Capuchin monkeys are nearly as intelligent as great apes and they are able to cooperate in both nature and the laboratory. They also may reward in different ways the help of other capuchins to obtain food, in what could be considered payment for work done. They also do not tolerate inequality—but only when they are the ones wronged, as Sarah Brosnan demonstrated in her famous experiments (1). You can see one of her capuchin monkey’s tests in the initial video of this post. Definitely, do not miss this video, please!


Bonobos and chimpanzees go a step further in the rejection of inequality; unlike capuchin monkeys, they reject gifts when others are watching, but they do not think twice about accepting gifts if they are alone. It is not clear to what extent this is due to the fear of resentment and possible subsequent revenge from the disadvantaged (2). Maybe capuchin monkeys have a shorter memory for offenses…? The English philosopher Thomas Hobbes said that humans were only interested in justice to keep the peace. It seems that this supposed moral characteristic could also be shared with the primate species closest to us (3).



Chimpanzees grooming each other/ Chimpancés aseándose mutuamente.



Reciprocity in treatment, a form of cooperation, has been widely observed in animals through their return of favors. For example, cats and apes groom other individuals of their species. This characteristic, which may seem of low importance in animals, can be the basis of many other actions related to morality in humans. We cooperate with others out of kindness, sympathy, and solidarity. We act with gratitude by returning a favor and with anger toward those who do not return our good deeds. In addition, our sense of guilt generally prevents that we forgo returning favors, and our capacity to forgive can lead us to accept an initial lack of reciprocity, if only to avoid a permanent absence of future cooperation from the offender.



Jane Goodall



Jane Goodall, one of the first naturalists to study apes in the wild, observed behaviors suggesting the concept of private property may have evolutionary roots. Goodall established that even the alpha male of a colony, despite being the dominant member, had to request that adults of the group share their food with him. The avoidance of violence by the alpha male in this context is indicative of respect for the property of others, technically referred to as "respect for possession"(2). This phenomenon has also been widely observed and confirmed in zoo colonies. The ape usually extends its hand palm upward, comparable to the human gesture that accompanies a request. No two apes are the same here either ... some are generous, some stingy, and the group knows how to distinguish them when the time to reciprocate arrives.


Gratitude and revenge are also observed in other mammalian species, demonstrating their origin in evolution. Finnish philosopher and sociologist Edvard Westermarck described the story of a camel that was abused by a teenager in Morocco. At a later date, the camel did not miss the occasion to take revenge, killing the boy (4,5).


Like intelligence and culture, morality is not exclusive to our species. Morality has an evolutionary origin, and its degree of complexity is associated with the social complexity of each species. The origin of morality is much closer to feelings and emotions—positive, like empathy, compassion, and comfort, and negative, like revenge—than to reason and logic.


For a deeper discussion on the appearance of morality as another animal characteristic resulting from biological evolution, I strongly recommend watching this TED talk from Frans de Waal, enlightening and funny.




Version en español:



Nota sobre el video inicial: La misma secuencia se puede ver con subtítulos en español y catalán a partir de los 12 minutos y 20 segundos del enlace al final de esta publicación.


El origen evolutivo de la aversión a la desigualdad de trato se remonta a decenas de millones de años. Los monos capuchinos son casi tan inteligentes como los grandes simios y son capaces de cooperar tanto en la naturaleza como en el laboratorio. También pueden recompensar de diferentes maneras la ayuda de otros capuchinos para obtener alimentos, en lo que podría considerarse un pago por el trabajo realizado. Tampoco toleran la desigualdad, aunque sólo cuando son los perjudicados, como demostró Sarah Brosnan en sus famosos experimentos (1). Puedes ver una de las pruebas de sus monos capuchinos en el video inicial de esta publicación. Definitivamente, no se pierdan este video, por favor.


Bonobos y chimpancés van un paso más allá en el rechazo a la desigualdad; a diferencia de los monos capuchinos, rechazan los regalos cuando otros están mirando, pero no lo piensan dos veces antes de aceptar regalos si están solos. No está claro hasta qué punto esto se debe al miedo al resentimiento y a la posible venganza posterior de los desfavorecidos (2). ¿Tal vez los monos capuchinos tienen una memoria más corta para las ofensas ...? El filósofo inglés Thomas Hobbes dijo que los humanos sólo estaban interesados en la justicia para mantener la paz. Parece que esta supuesta característica moral también podría ser compartida con las especies de primates más cercanas a nosotros (3).


La reciprocidad en el tratamiento, una forma de cooperación, se ha observado ampliamente en los animales a través de la devolución de favores. Por ejemplo, los gatos y los simios asean a otros individuos de su especie. Esta característica, que puede parecer de poca importancia en los animales, puede ser la base de muchas otras acciones relacionadas con la moralidad en los seres humanos. Cooperamos con otros por amabilidad, simpatía y solidaridad. Actuamos con gratitud devolviendo un favor y con ira hacia aquellos que no devuelven nuestras buenas obras. Además, nuestro sentimiento de culpa generalmente impide que renunciemos a devolver favores, y nuestra capacidad de perdonar puede llevarnos a aceptar una falta inicial de reciprocidad, aunque solo sea para evitar una ausencia permanente de cooperación futura del ofensor.


Jane Goodall, una de las primeras naturalistas en estudiar a los simios en la naturaleza, observó comportamientos que sugieren que el concepto de propiedad privada puede tener raíces evolutivas. Goodall estableció que incluso el macho alfa de una colonia, a pesar de ser el miembro dominante, tenía que solicitar que los adultos del grupo compartieran su comida con él. Evitar la violencia por parte del macho alfa en este contexto es indicativa del respeto por la propiedad de los demás, técnicamente denominado "respeto por la posesión"(2). Este fenómeno también ha sido ampliamente observado y confirmado en colonias de zoológicos. El simio suele extender la palma de su mano hacia arriba, comparablemente al gesto humano que acompaña a una petición. Tampoco hay dos simios iguales aquí ... algunos son generosos, otros son tacaños y el grupo sabe distinguirlos cuando llega el momento de corresponder.


La gratitud y la venganza también se observan en otras especies de mamíferos, demostrando su origen en la evolución. El filósofo y sociólogo finlandés Edvard Westermarck describió la historia de un camello que fue maltratado por un adolescente en Marruecos. En una fecha posterior, el camello no perdió la ocasión de vengarse, matando al muchacho (4,5).


Al igual que la inteligencia y la cultura, la moralidad no es exclusiva de nuestra especie. La moral tiene un origen evolutivo, y su grado de complejidad está asociado a la complejidad social de cada especie. El origen de la moralidad está mucho más cerca de los sentimientos y las emociones (ya sean positivas, como la empatía, la compasión y el consuelo, o negativas, como la venganza), que de la razón y la lógica.


Para una discusión más profunda sobre la aparición de la moralidad como otra característica animal resultante de la evolución biológica, recomiendo encarecidamente ver la charla TED de Frans de Waal, muy ilustrativa y divertida.




Images / Imágenes:


Chimpanzees grooming. Ikiwaner. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Gombe_Stream_NP_gegenseitiges_Lausen.jpg. GFDL 1.2 <http://www.gnu.org/licenses/old-licenses/fdl-1.2.html>, via Wikimedia Commons.


Jane Goodall (2015). U.S. Department of State from United States.



References / Referencias:


(1) Brosnan, S., de Waal, F. Monkeys reject unequal pay. Nature 425, 297–299 (2003). https://doi.org/10.1038/nature01963.

(2) Frans de Waal. Our Inner Ape. The Best and Worst of Human Nature. Granta Publications, London, 2005.

(3) Frans de Waal. The Age of Empathy. Nature’s Lessons for a Kinder Society. Harmony Books, New York, 2011.

(4) Steven Pinker. The Blank Slate. The Modern Denial of Human Nature. Allen Lane, Penguin Random House UK, London, 2002.

(5) Edvard Westermack. Quoted by Frans de Waal. Our inner ape: The Best and Worst of Human Nature. Granta Publications, London, 2005.


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