Adam Smith
In reality, high profits tend much more to raise the price of work than high wages. If, in the linen manufacture, for example, the wages of the different working people, the flax-dressers, the spinners, the weavers, &c. should all of them be advanced twopence a-day, it would be necessary to heighten the price of a piece of linen only by a number of twopences equal to the number of people that had been employed about it, multiplied by the number of days during which they had been so employed. That part of the price of the commodity which resolved itself into the wages, would, through all the different stages of the manufacture, rise only in arithmetical proportion to this rise of wages. But if the profits of all the different employers of those working people should be raised five per cent, that part of the price of the commodity which resolved itself into profit would, through all the different stages of the manufacture, rise in geometrical proportion to this rise of profit. The employer of the flax-dressers would, in selling his flax, require an additional five per cent. upon the whole value of the materials and wages which he advanced to his workmen. The employer of the spinners would require an additional five per cent, both upon the advanced price of the flax, and upon the wages of the spinners. And the employer of the weavers would require a like five per cent, both upon the advanced price of the linen-yarn, and upon the wages of the weavers. In raising the price of commodities, the rise of wages operates in the same manner as simple interest does in the accumulation of debt. The rise of profit operates like compound interest. Our merchants and master manufacturers complain much of the bad effects of high wages in raising the price, and thereby lessening the sale of their goods, both at home and abroad. They say nothing concerning the bad effects of high profits; they are silent with regard to the pernicious effects of their own gains; they complain only of those of other people.
(See reference below)
Versión en español
En realidad, las altas ganancias tienden mucho más a elevar el precio del trabajo que los altos salarios. Si, por ejemplo, en la manufactura de lino, los salarios de los diferentes obreros, de los labradores, de los hilanderos, de los tejedores, etc., se adelantaran dos peniques al día, sería necesario aumentar el precio de una pieza de lino sólo en un número de dos peniques igual al número de personas empleadas en ella. multiplicado por el número de días durante los cuales habían estado empleados de esa manera. La parte del precio de la mercancía que se resolviera en el salario, a través de todas las diferentes etapas de la manufactura, sólo aumentaría en proporción aritmética a este aumento de los salarios. Pero si las ganancias de todos los diferentes empleadores de esos trabajadores aumentaran en un cinco por ciento, la parte del precio de la mercancía que se resolviera en ganancia, a través de todas las diferentes etapas de la fabricación, aumentaría en proporción geométrica a este aumento de la ganancia. El patrón de los cultivadores de lino, al vender su lino, necesitaría un cinco por ciento adicional. sobre el valor total de los materiales y salarios que adelantaba a sus obreros. El empleador de las hilanderas exigiría un cinco por ciento adicional, tanto sobre el precio adelantado del lino como sobre el salario de los hilanderos. Y el empleador de los tejedores exigiría un cinco por ciento, tanto sobre el precio adelantado del hilo de lino como sobre el salario de los tejedores. Al elevar el precio de las mercancías, el aumento de los salarios opera de la misma manera que el interés simple lo hace en la acumulación de deuda. El aumento de la ganancia opera como el interés compuesto. Nuestros comerciantes y maestros fabricantes se quejan mucho de los malos efectos de los altos salarios en el aumento del precio y, por lo tanto, en la disminución de la venta de sus mercancías, tanto en el país como en el extranjero. No dicen nada acerca de los malos efectos de las altas ganancias; guardan silencio ante los efectos perniciosos de sus propias ganancias; sólo se quejan de las de otras personas.
(Ver referencia más abajo)
Figures / Figuras
Adam Smith. Etching created by Cadell and Davies (1811), John Horsburgh (1828) or R.C. Bell (1872). Public domain, via Wikimedia Commons, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:AdamSmith.jpg. Accessed November 17, 2024.
Reference / Referencia
Adam Smith. An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations, 1776. Book I. Chapter IX, Of The Profits of Stock. Project Gutenberg eBook pg38194-images-3.epub. https://www.gutenberg.org/ebooks/38194. Accessed November 17, 2024.
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